Por Mónica Ortega Quiroz, psicoterapeuta existencial.
Pedir ayuda a un especialista de salud mental, es una de las decisiones más difíciles de tomar; en primer lugar, porque es difícil reconocer que necesitamos ayuda y en segundo lugar saber cómo o a quien pedírsela.
Además de que el estilo de vida acelerado, el abuso de pensamiento racionalista, el mal uso de la tecnología y la confusión entre la autosuficiencia con la independencia; ha generado que nos hayamos vuelto personas sumamente individualistas, lo que trae consigo problemas de salud mental, entre otras situaciones, debido a que lo que el individualismo trae consigo – DESCONEXIÓN –
Vivimos desconectados de nosotros mismos, de los otros y del mundo.
Una vez leí que si te da hambre en la madrugada, lo que tienes que hacer es tomar un vaso con agua y que es muy probable que se te quite ¿cuál es el motivo? Que la sensación de la sed suele ser más tenue que la sensación de hambre, que es intensa y estruendosa, Y es así como la sed, se ayuda del mecanismo del hambre para llamar nuestra atención.
De un modo similar pareciera la salud mental, que es algo que no se ve y no se puede entender siempre desde una perspectiva objetiva o racional, se apoya de otro tipo de mecanismos para llamar nuestra atención.
Es por ello que es a partir de nuestro cuerpo que empezamos a recibir síntomas de que algo no va bien en nuestra vida, que pueden ir desde un simple estreñimiento hasta un insomnio interminable o un ataque de pánico que no lleva a cuestionarnos qué tal vez necesitamos pedir ayuda.
Pero como mencionaba con el tema de la sed y el hambre, a veces una tensión muscular puede ser señal de estrés, el insomnio una forma de no mirar la tristeza o la dificultad para concentrarme o de respirar o una colitis, es un mensaje de que llevo meses sin reconocer la angustia que me genera tomar una decisión importante o afrontar una pérdida.
De igual modo que los síntomas físicos podemos encontrar señales en nuestras relaciones: podemos volvernos reactivos, intolerantes y aislados. Y en muchas ocasiones sentirnos inseguros o ajenos en nuestro mundo.
Y si a esto le sumamos a que nos informamos en reels o publicaciones populares y no siempre confiables, o escuchamos los consejos de la amiga o la vecina, que a su vez, se ha informado a partir de mitos o leyendas urbanas, podemos dejar pasar mucho tiempo antes de hacer algo al respecto.
Finalmente quiero decirte que el primer paso para recuperar la conexión es detenerte, observarte y escucharte, y aunque a veces puede ser incómodo reconocer que no estamos bien y que necesitamos de otros para salir adelante; no hay nada cómo aprender a reconocernos, re vincularnos con la gente a través del amor, y sentirnos nuevamente seguros en el mundo. Algo de lo que buscamos hacer con esta publicación es también, a través de diferentes voces y enfoques especializados; ofrecerte una posibilidad de encontrar la ayuda y el acompañamiento que necesites.
¡Bienvenido y bienvenida a este espacio!