Por: Laura Reyes, psicóloga
Existen señales de alerta que pueden indicar que una persona debería considerar acudir a terapia psicológica, desde algunas sutiles, hasta otras mucho más contundentes.
Cambios persistentes en el estado de ánimo:
• Irritabilidad o enojo constante
• Tristeza prolongada sin una causa aparente que persiste durante semanas o meses.
• Preocupación por el futuro (ansiedad excesiva) difícil de controlar, incluso cuando las cosas están bien.
Alteraciones en el sueño:
• Insomnio o dificultad para conciliar el sueño
• Dormir más de lo usual
• Pesadillas recurrentes
Problemas con la concentración o la memoria:
• No poder mantener la atención en tareas diarias o en el trabajo.
• Olvidar cosas que solían ser fáciles de recordar o presentar un déficit marcado en su retención.
Dificultades para relacionarse o aislamiento social:
• Evitar actividades sociales
• Pérdida de interés en hobbies o actividades
Cambios en los hábitos alimenticios:
• Comer en exceso o pérdida de apetito
• Cambios drásticos de peso
Consumo de sustancias:
• Alcohol o drogas
• Incremento en la frecuencia o cantidad
Pensamientos negativos recurrentes:
• Alteración en su autoestima, sentirse sin valor, tener pensamientos de inutilidad o fracaso constante.
• Ideación suicida
- Estrés o ansiedad:
Tensión muscular, dolores de cabeza, o dolores musculares sin causa aparente.
Problemas gastrointestinales
- Autolesiones