La salud mental ¿se hereda?

Por: Mtra. Leily Díazmacip Salazar, licenciada en Ciencias de la Familia

La salud mental no se define solo por la ausencia de trastornos, sino que es un proceso complejo y único para cada persona. En este contexto, el desarrollo humano establece mecanismos para afrontar la vida diaria, configurados por la crianza y estilo de vida en los adultos, la alimentación y las redes de apoyo. La combinación de estos factores determina en buena parte nuestra salud mental actual.

Un ejemplo claro, en la niñez

Imagina a dos niños en un aula. El niño A desayunó, trae lunch, su papá lo dejó, y su mamá lo recogerá. El niño B escuchó discutir a sus padres, no desayunó, y no sabe si alguien podrá recogerlo. ¿Quién estará más atento a la clase? ¿Quién disfrutará más de un reto escolar? ¿Quién estará en mejores condiciones físicas?

Este ejemplo nos da pie para hablar de los distintos tipos de estrés. El niño A puede enfrentar un estrés tolerable ante un examen sorpresa, mientras que el niño B podría experimentar un estrés mayor, aunque temporal, si encuentra apoyo en la escuela. Sin embargo, si su situación familiar persiste y se suman otros problemas, el estrés puede volverse crónico.

Estas experiencias moldean nuestras conexiones neuronales, creando rutas que pueden ser carreteras amplias o caminos accidentados.

Aunque siempre ha habido problemas económicos y ambientales, la posmodernidad agrava el estrés crónico al debilitar los vínculos familiares y comunitarios. Si el niño B llega a casa y nadie le pregunta cómo estuvo su día, el aislamiento refuerza los problemas emocionales.

El entorno tiene una gran influencia en la salud o enfermedad mental

Así surgen las epidemias contemporáneas de estrés, ansiedad, depresión y suicidio. La salud mental, entonces, ¿se hereda? Sí, pero no solo genéticamente. El ambiente influye en cómo las predisposiciones genéticas se manifiestan o no.

La salud mental sí tiene un componente genético. El origen está en cómo nuestro sistema nervioso procesa ciertos neurotransmisores o como nuestro organismo responde y regula ciertas hormonas, pero es el ambiente el factor clave, pues lo que vivimos en nuestro entorno provoca que se detonen y configuren ciertas patologías. 

Los estudios aún están avanzando en esta área, tendiendo un puente entre lo genético y el ambiente (epigenético). 

Así que ocuparnos de lo que sucede en la vida de los más pequeños, es importante, al igual que el ritmo de vida del adulto que se aleja de la calma y de una vida integral.

Para finalizar, te invito a preguntarte ¿cómo cuidas de tu entorno y de las relaciones que más te influyen?